Desde el punto de vista celular empezamos a envejecer a una edad muy temprana pero los efectos se empiezan a ver a partir de los 25 años en adelante. Esa es la edad a partir de la cual debemos tomarnos en serio el propósito de mantener nuestra juventud. El cuerpo humano en esencia, tiende a la armonía, la salud y la perfección, si lo nutrimos con sustancias naturales y le damos el cuidado que se merece responderá regalándonos toda su juventud y luminosidad.
Este ritual nos ofrece la posibilidad de recuperar esa armonía, combinando nuestros productos de alta cosmética natural con sustancias naturales como la miel, componentes marinos como el barro o las algas, elementos de la tierra como el cuarzo blanco y la aportación del fuego de la Moxa Alquímica. Todo ello trabajado con técnicas de masaje anti-aging especifícas, como combinación de masaje kobido con lisajes suaves drenantes creando un tratamiento remodelador. La sinergia resultante se traduce en un visible efecto reafirmante de los tejidos, desinflamación del rostro, luminosidad de la piel, y una sensación general de bienestar, fuente indiscutible de la belleza.
Desde el punto de vista celular empezamos a envejecer a una edad muy temprana pero los efectos se empiezan a ver a partir de los 25 años en adelante. Esa es la edad a partir de la cual debemos tomarnos en serio el propósito de mantener nuestra juventud. El cuerpo humano en esencia, tiende a la armonía, la salud y la perfección, si lo nutrimos con sustancias naturales y le damos el cuidado que se merece responderá regalándonos toda su juventud y luminosidad.
Este ritual nos ofrece la posibilidad de recuperar esa armonía, combinando nuestros productos de alta cosmética natural con sustancias naturales como la miel, componentes marinos como el barro o las algas, elementos de la tierra como el cuarzo blanco y la aportación del fuego de la Moxa Alquímica. Todo ello trabajado con técnicas de masaje anti-aging especifícas, como combinación de masaje kobido con lisajes suaves drenantes creando un tratamiento remodelador. La sinergia resultante se traduce en un visible efecto reafirmante de los tejidos, desinflamación del rostro, luminosidad de la piel, y una sensación general de bienestar, fuente indiscutible de la belleza.